
El caso de Lex Ashton puso en evidencia cómo los incels, comunidades digitales de jóvenes frustrados y misóginos, pueden transformar el resentimiento en violencia real.

El caso de Lex Ashton puso en evidencia cómo los incels, comunidades digitales de jóvenes frustrados y misóginos, pueden transformar el resentimiento en violencia real.

Los miembros de este grupo propagaría discursos misóginos y de violencia, de acuerdo con algunos expertos.