
Al cambiar de idioma o incluso de entorno social, no solo modificamos las palabras que usamos, sino también el color sonoro de nuestra voz, en un esfuerzo por integrarnos mejor.

Al cambiar de idioma o incluso de entorno social, no solo modificamos las palabras que usamos, sino también el color sonoro de nuestra voz, en un esfuerzo por integrarnos mejor.