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Nuevo León

¿Qué animal nativo de Nuevo León está más amenazado? Radiografía de su situación

Nuevo León alberga fauna variada, osos, pumas, venados, aves rapaces y la urbanización pone en riesgo hábitats clave.

En Nuevo León conviven montañas, sierras, matorrales y zonas semiáridas. Foto: CANVA
En Nuevo León conviven montañas, sierras, matorrales y zonas semiáridas. Foto: CANVA

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En Nuevo León conviven montañas, sierras, matorrales y zonas semiáridas que conforman un mosaico de ecosistemas con alta biodiversidad. 

Esa riqueza natural se traduce en una fauna silvestre variada como mamíferos grandes, aves rapaces, reptiles y mamíferos menores. 

Pero el crecimiento urbano, las carreteras, la expansión de ciudades y la pérdida de hábitat han causado que muchos animales se vean desplazados, fragmenten territorios o terminen acercándose a zonas habitadas. 

Conocer qué especies aún existen y cuáles están en riesgo es fundamental para valorar y proteger este patrimonio natural.

Aquí te dejamos una radiografía sobre el tema. 

¿Qué especies son emblemáticas de Nuevo León y por qué importan?

Nuevo León alberga una fauna diversa y de gran valor ecológico. 

Entre las especies más emblemáticas destacan el oso negro americano, puma, venado cola blanca, pecarí de collar, zorro gris, así como una gran variedad de aves rapaces y reptiles propios del semidesierto y la montaña. 

El oso negro, por ejemplo, se distribuye en zonas montañosas como Cerro del Potosí, Sierra Madre Oriental y partes del área protegida en la entidad. 

El puma aparece en áreas como la Sierra de Picachos, el Parque Nacional Cumbres de Monterrey y otras serranías, donde aún encuentra cobertura, presas y espacios relativamente aislados. 

También hay mamíferos menores y fauna silvestre adaptada al clima y relieve de la región, desde zorros, tlacuaches, mapaches, hasta reptiles como víboras de cascabel, tortugas del desierto y otras especies característicamente norteñas. 

Esta biodiversidad hace de Nuevo León un área clave en el noreste de México, una mezcla de fauna de montaña, matorral y zonas semiáridas, que lo convierte en un corredor biológico de gran relevancia.

¿Qué amenazas enfrenta la fauna ante el crecimiento urbano y la pérdida de hábitat?

El desarrollo urbano acelerado ha fragmentado zonas naturales, construido vías de comunicación, expandido asentamientos y reducido los espacios donde estos animales podían vivir. 

En años recientes se han registrado avistamientos de especies silvestres en áreas urbanas o periurbanas como en oso negro, puma, pecaríes, coyotes, incluso jaguarundis lo que demuestra que su hábitat original ha sido invadido. 

La implementación de infraestructura (vías, periféricos y desarrollos residenciales) muchas veces no contempla pasos seguros para fauna, corredores biológicos o protección de cuencas y montaña. 

Además, la fragmentación del territorio dificulta la reproducción y desplazamiento natural de animales de gran tamaño, reduce su diversidad genética y aumenta conflictos con la población humana, sobre todo cuando estos animales buscan comida o refugio en zonas habitadas.

¿Qué papel juegan los ecosistemas de Nuevo León como corredor biológico del noreste?

Geográficamente, Nuevo León se encuentra en una zona de transición ecológica ya que está entre llanuras, matorrales áridos, sierras montañosas y bosques tropicales y semitropicales. 

Esta mezcla convierte al estado en un cruce de fauna neártica y neotropical, con ecosistemas muy variados, desde semiáridos hasta bosques de encino y zonas montañosas,  lo cual favorece una gran biodiversidad. 

Gracias a esa variedad de hábitats, el estado cuenta con una faunística diversificada, es decir, muchas especies de mamíferos, aves, reptiles y anfibios; un alto porcentaje de la avifauna nacional también está representado en Nuevo León. 

Por eso, conservar estos territorios no solo beneficia al estado, sino también mantiene la conectividad ecológica de una región más amplia, salvaguardando corredores que podrían extenderse hacia Coahuila, Tamaulipas y la Sierra Madre Oriental.

¿Qué se puede hacer para proteger la fauna y su hábitat?

Las instituciones y organizaciones como la Universidad Autónoma de Nuevo León (UANL) coinciden en la necesidad urgente de promover educación ambiental, restaurar hábitats naturales, evitar la sobreexplotación y fomentar el aprovechamiento sustentable. 

También se requieren políticas públicas que regulen la expansión urbana, establezcan corredores biológicos y zonas protegidas que garanticen refugios seguros para fauna silvestre. 

De manera ciudadana, es esencial respetar las zonas montañosas, no alterar su fauna, evitar incendios, contaminación, cacerías ilegales, y fomentar una convivencia responsable con la naturaleza.

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