Equinoterapia: Caballos para curar el alma
El centro de equinoterapia “La Granja del Tío Moy”, nació el amor de un grupo de madres que buscaron por todos los medios la salud y plenitud de sus pequeños hijos.
DURANGO, Durango. – “La Granja del Tío Moy”, es un centro de equinoterapia que ha sido testigo de la rehabilitación de miles de personas a través de la cercanía con los equinos . Angélica Quiñones, es equinoterapeuta y fundadora de este proyecto, de la mano de Karina y otras madres de familia cuyos pequeños presentaban diagnósticos médicos desalentadores.
Los niños con síndrome de Down por lo general traen dificultad de lenguaje o un lenguaje muy limitado. La primera expresión de un niño que monta es un poquito de temor, pero luego viene la sonrisa esa sonrisa de… yo estoy arriba de un animal enorme… yo lo puedo controlar. Se van rehabilitando a sus centros nerviosos”.
Angelica Quiñones, - Equinoterapeuta.
Bebés desde los seis meses han sido testigos de los beneficios de la equinoterapia; mejora la coordinación, el equilibrio y ayuda notablemente en el desarrollo emocional.
El tratamiento de “columna a columna” se logra gracias a la vibración de la columna del caballo que permea directamente la columna del paciente. Pero no todas las personas en terapia pueden montar a caballo, como es el caso de los pacientes con cáncer, donde la terapia se transforma en la cercanía con el equino cara a cara: platicarles situaciones que los inquietan, cepillarlos, brindarles muestras de cariño a las que los animalitos corresponden, mejorando el ánimo y los trastornos psicológicos derivados de esta enfermedad.
La capacidad sensorial de los caballos, no ha dejado de sorprender a quienes trabajan a su lado, con un sinfín de anécdotas que comprueban su vínculo con los humanos. “Yo he tenido caballos que me detectan embarazos. En una compañera mía, el caballo apenas tenía oportunidad iba y le ponía la nariz al vientre de mi compañera… me percato yo de eso y le digo: ¿estás embarazada? Y ella me dice no, no estoy embarazada. Si no estás vete hacer una prueba, porque el caballo me está diciendo que sí estás embarazada, y sí, efectivamente estaba embarazada”, relata la equinoterapeuta, aún desconcertada.
La equinoterapia es un antes y un después en la vida de Angélica, su hijo padecía graves problemas de salud en el corazón y de lenguaje, que desaparecieron “mágicamente”, según su testimonio.
En los años cincuenta llegó a México la equinoterapia proveniente de Inglaterra, donde miles de personas heridas mejoraba su condición física y psicológica al montar a caballo. Esta terapia rehabilita y habilita el lenguaje y el cuerpo, pero sobre todo el alma.