Residentes de Maine se reúnen para orar por las 18 víctimas del tiroteo
Residentes de Maine se reunieron para misas para orar y apoyarse entre ellos después de otra semana traumática en que una persona de Maine mató a balazos a 18 personas.

LEWISTON, Maine.- Las campanas de la iglesia repicaron al tiempo que residentes de Maine se reunieron para misas en ocasiones sombrías y en otras alegres, para orar y apoyarse entre ellos después de otra semana traumática en que una persona de Maine mató a balazos a 18 personas en el peor asesinato masivo en la historia del estado.
El reverendo Daniel Greenleaf inició la misa con un minuto de silencio en la Basílica de San Pedro y San Pablo en Lewiston.
Luego, le dijo a la congregación que era bueno que finalmente pudieran rezar juntos tras días de un confinamiento impuesto por la policía cuando buscaba al agresor de 40 años, Robert Card.
En un gesto de solidaridad, varias mujeres usaron velos negros en el santuario cavernoso en donde un funcionario eclesiástico dijo que recaudaban fondos para ayudar a las víctimas del tiroteo y otros afectados por “los horribles incidentes en nuestro pequeño pueblo”.
El reverendo Brian Ganong de la Iglesia Bautista Lisbon Falls también se unió a las oraciones y mencionó la tragedia, orando por las víctimas que luchaban por sus vidas, por quienes perdieron a familiares y amigos, por los rescatistas y trabajadores médicos, y por otras personas, entre ellas la familia de Card, de quien dijo que tenía vínculos con algunos miembros de la iglesia.
“Podemos ver los rayos de luz en la oscuridad”, dijo Greenleaf durante su sermón. Le dijo a los feligreses que es para momentos como éstos para los que “practicaron” su fe.
“No podemos solucionar esto, pero por otro lado los seres humanos no son máquinas que pueden ser arregladas”, dijo Greenleaf.Este trágico suceso ha conmocionado a Maine, pero la comunidad se ha unido en oración y apoyo mutuo para enfrentar esta situación.
A pesar del dolor y la tristeza, la fe y la solidaridad se han convertido en pilares fundamentales para superar este momento difícil.
(Con información de AP)