Los conciertos más caros de 2025 en CDMX: ¿cuánto subieron los precios?
En tres años, los precios de conciertos y festivales en la CDMX han aumentado hasta 30%.
La industria musical en vivo en la Ciudad de México vive un auge, pero también un encarecimiento que muchos fans ya sienten en el bolsillo.
Solo entre 2022 y 2025, los principales festivales registraron incrementos que rozan el 30%.
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El ejemplo más claro es el Corona Capital, cuyo boleto general de un día pasó de mil 890 pesos en 2022 a 2 mil 400 pesos en 2025, un aumento del 27%.
El abono de tres días subió de 3 mil 900 a 4 mil 490 pesos, alrededor del 15%, lo que antes se consideraba un gasto fuerte pero alcanzable, hoy comienza a competir con presupuestos destinados a necesidades básicas.
entre 2022 y 2025, los festivales subieron sus precios casi un 30%. Foto: Especial
Este fenómeno ocurre en un contexto más amplio: según el Inegi, los servicios de recreación y cultura han aumentado 58.39% entre 2010 y 2024. Sin embargo, los boletos de festivales están creciendo incluso por encima de ese promedio.
¿Cuáles fueron los conciertos más caros de 2025 en CDMX?
El regreso de artistas globales ha elevado la competencia y también los precios. En 2025, tres conciertos se colocaron como los más costosos del año en la capital:
- Shakira — Con precios que alcanzaron los $11,942 pesos en zonas premium, su gira se posicionó como una de las más caras del año.
- Bad Bunny — En su regreso a los escenarios, los boletos VIP superaron los $12,000 pesos, con las zonas preferentes agotadas casi de inmediato.
- Lady Gaga — Su regreso a México desató una demanda masiva. Las zonas más cercanas al escenario se ubicaron entre $9,500 y $11,000 pesos, dependiendo del recinto y la disponibilidad.
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Estos precios confirman una tendencia: los grandes espectáculos internacionales están alcanzando cifras que, hasta hace poco, parecían excepcionales.
Con un salario mínimo, un boleto premium equivale a mes y medio de trabajo. Foto: Especial
¿A quién le alcanza realmente un concierto de más de 10 mil pesos?
Con un salario mínimo de 248.93 pesos diarios en 2025, un boleto de 10 mil pesos equivale a más de un mes y medio de trabajo. Para millones de personas en la capital, asistir a un concierto de esta magnitud ya no es una opción realista.
Y aun así, la demanda sigue creciendo. Cada vez más jóvenes recurren a meses sin intereses, tarjetas de crédito o incluso préstamos informales para ver a su artista favorito. Lo que antes era un gasto ocasional hoy puede convertirse en endeudamiento.
Rueda en un concierto de la CDMX. Foto: Especial
Esto abre una reflexión incómoda:
- ¿Estamos pagando por la experiencia o por pertenecer a una élite cultural?
- ¿Por qué siguen subiendo los precios?
Promotores y especialistas señalan varios factores: costos de producción más altos, inflación global en servicios, cargos adicionales de plataformas de venta, zonas VIP cada vez más extensas y una demanda que no baja.
Mientras haya miles de personas dispuestas a pagar cifras de cinco dígitos, el mercado seguirá empujando hacia arriba.
Boletos especiales en el concierto de Shakira en la CDMX. Foto: Especial
Boletos especiales en el concierto de Shakira en la CDMX. Foto: Especial
¿El entretenimiento como lujo en la CDMX?
La música en vivo solía ser una experiencia accesible para muchos. Hoy, en una ciudad donde el costo de vida aumenta año con año, los conciertos parecen estar dejando fuera a un sector creciente de la población.
Además, el encarecimiento de los conciertos se vuelve aún más problemático cuando no existe garantía de seguridad para los asistentes. El reciente caso del Axe Ceremonia, donde los fotógrafos Bere y Miguel perdieron la vida, encendió las alarmas sobre la falta de protocolos, revisiones y medidas de protección en espectáculos masivos.
Captura de pantalla de concierto de Shakira.
Para muchos, el hecho de pagar boletos que alcanzan cifras históricas y aun así enfrentarse a fallas graves en la organización abre una grieta aún más profunda entre el costo del entretenimiento y el derecho a vivirlo de manera segura.
Y la gran pregunta que queda para quienes aún intentan no quedarse fuera es: ¿Cuánto has gastado tú por ver a tu artista favorito?
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